
Lo peor llega cuando no puedes, cuando en la sociedad y la moral encuentras la horma y aún es más bastardo este sentimiento cuando en los ojos de tu amante ves las ganas que tiene de cogerte y salir corriendo sin importar la dirección, quieres que sea tu momento. Y el suyo. La risa nerviosa acude, pero no solo a tu rostro. Y ahí comienzas a hacerle el amor, sin tocarse, hacer el amor como sentimiento y no sabes si está mal o no tanto; pero tu te mueres de ganas y sin evitarlo sigues mirando, no se cruzan palabras, no se necesitan, es algo mutuo, algo inconsciente. Los fantasmas del pasado comienzan su ritual y la pregunta más tenebrosa retumba entre los dos ¿Y si...?
Y si nada. Haberlo pensado. Lo tuviste en las manos, en los labios, en la cama, lo tuviste para que fuera tuyo y ya no lo es. Ahora él es de otra y tu de otro y sin embargo la tensión se palpaba. Parece que ni tú te lo crees.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deseos