miércoles, 6 de octubre de 2010
Te odio.
Odio como me hablas, y también tu aspecto, no soporto que lleves mi coche, ni que me mires así. Aborrezco esas botas que llevas y que leas mi pensamiento. Me repugna tanto lo que siento que hasta me salen las rimas. Odio, odio que me mientas y que lleves razón. Odio que alegres mi corazón, pero aún más que me hagas llorar. Odio no tenerte cerca y que no me hayas llamado. Pero sobre todo, odio no poder odiarte, porque no te odio, ni siquiera un poco. Nada en absoluto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No. No lo intentes. Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deseos