sábado, 9 de abril de 2011

Un día me levanté y dije para mí que yo también quería gritar, quería gritar, pero quería para que los demás me oyeran, así que grité. Un día me levanté y quise pisar fuerte, así que me armé con 13 cm de tacón y salí a la calle para que se me oyera. Un día me levanté y me dije que quería que el mundo se riera a mi paso, así fue de sencillo, sonreí. Un día me levanté y decidí que ya era hora de tomar las riendas de mi sino, de modo que comí sin importar mi imagen, bebí al compás de cada mordisco y respiré con cada latido. Un día me levanté y descubrí que podía hacer que la gente fuera feliz. No me lo pensé, ese mismo día comprendí que esto no era para mi, así que luché. Hoy me he levantado y siento que he hecho algo, he comprendido que no nací para ti, si no que nací para mí.
Hoy he comprendido que jamás llegaré a querer a alguien como hoy me quiero a mí.

3 comentarios:

  1. Bien dicho! nacimos para uno mismo.
    Me agrada tu blog y la forma en que escribes.
    Saludos. :D

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  2. Muchas Gracias Ela :D Nos leemos.

    Besoos <3

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