viernes, 13 de mayo de 2011

Sólo dos cuerpos en sincronía, dos bailarines de la noche, profesionales del amor.
Oscuridad total, una habitación, un reloj cuyas devastadoras agujas apuntaban a las doce y media exactas. Gemidos se cruzaban entre ambos. La seda de las sábanas era su suelo, su apoyo en este mundo. Nada importaba. Intimidad. Silencio. Algo cayó al suelo, por muy valioso que fuera, este no era el momento. 
El se apoderaba de su cuerpo, ella le arañaba. Buscaban mutuamente su boca, que cada vez que se encontraba se abrazaba como si el mañana fuese ese instante.
No se podían querer más pero desgraciadamente estaba en el pensamiento de ambos que después de esa última noche. El se iría con otra. Ella, ya harta, simplemente esperaría. Dos corazones a punto de despedazarse. Dos vidas que se separan. Bienvenidos al mundo real, siempre cruel, nunca perdona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deseos

No. No lo intentes. Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes.